En numerosas ocasiones, Guardiola explicó la situación puntual donde todo esto ocurrió (partido v Real Madrid, en el Bernabéu, en mayo 2009). ¿Es el falso 9 un concepto inventado por Guardiola? Para nada. Pero se trata de un clarísimo ejemplo de voluntad de cambio e innovación. Consumado el éxito (6-2 v Real Madrid), ahora el concepto de “falso 9” ya es patrimonio de la humanidad.

Messi como Falso 9. Si el central no lo va a buscar, recibe solo y de frente.

Messi como Falso 9. Si el central lo va a buscar, entonces se libera un espacio para que el extremo haga daño por el centro.

“La intención del Juego de Posición no es mover el balón, sino mover al oponente”. Este Principio puede calzar a medida para un patrón que se hizo evidente en el Barça de Pep (y que fue posteriormente explotado por el Barcelona de Luis Enrique: generar contextos para lanzar de uno de los carriles interiores (normalmente Xavi o Dani Alves) hacia el carril opuesto, con jugador rompiendo.

En 2015, la llegada de Douglas Costa a Munich trajo un verdadero aire fresco para Pep. El brasileño es un especialista en el 1v1. Pero la diferencia no es esa capacidad (Robben y Ribbery son jugadores que ya lo hacían), sino su búsqueda constante por finalizar.
 

A diferencia de Robben, Douglas Costa finaliza absolutamente todo lo que toca: la jugada siempre termina en centro, en remate al arco o en corner. En ese sentido, el Bayern se alemanizó (en el sentido más antiguo y tradicional de la palabra), sacrificando cierta pausa en zonas de finalización en pos de mayor velocidad.

Con la presencia de Douglas Costa, Bayern Munich orientaba su juego hacia el lado débil, para ofrecerle poder jugar 1v1.

En la segunda temporada, a diciembre 2017 Manchester City ha alcanzado 14 victorias consecutivas en la Premier League, un récord histórico. Uno de los saludables avances tiene que ver con la fluidez posicional del equipo: en distintos momentos y situaciones de juego (de acuerdo a lo que demande el mismo), se puede observar a los jugadores ocupando roles específicos, cambiantes y a favor de resolver los distintos escenarios que se presentan. Puede ser entre partido, o dentro de un mismo partido. Los Principios de juego pasan a ser el punto de partida, por encima de las posiciones (supuestamente prefijadas de antemano) de los jugadores.
 
Uno de los símbolos de este fenómeno (que, parece, se profundizará en el tiempo) se observa de las salidas: la clásica salida lavolpiana presupone (o al menos el mundo del supuso) que los centrales son quienes deben abrirse para dar amplitud suficiente, y que debe ser el volante central quien se incrusta entre ellos. En Manchester City esto puede ser como no puede ser, y sólo sucede si resulta beneficiosa para resolver los problemas del juego que afloren.
 

En el Manchester City 2017/18, los Principios están por encima de las posiciones. Pueden verse pasajes de juego donde un mismo jugador termina ocupando espacios que demandan roles diferentes.